Viana
La histórica y monumental ciudad de Viana, a 81 kilómetros de Pamplona y a 9 de Logroño, está asentada en el sudoeste de Navarra, entre la Sierra de Codés y la vega del Ebro. Su fundación data del año 1219, cuando el rey navarro Sancho VII el Fuerte la reconstruye, otorgándole además el Fuero o Privilegio del Águila.
Las prospecciones arqueológicas están haciendo aflorar medio centenar de yacimientos prehistóricos e históricos que afirman a esta zona como una de las más ricas de nuestros territorios.
Los atractivos de Viana son muchísimos, una ciudad cargada de arte e historia, auténtico museo de arquitectura civil y religiosa, a cuyo interior se accede por cinco antiguas puertas de las murallas, que se cerraban durante la noche hasta finales del XIX. Debemos recorrer sus calles sin prisa, dejándonos sorprender por sus imponentes casas solariegas sin perder detalle de sus fachadas blasonadas que nos hablan de su floreciente pasado.
Podríamos empezar visitando las ruinas de San Pedro (contiguas al hotel). Desde ellas se contempla una vista excepcional de los alrededores: Sierra de Cantabria, la vega del Ebro, Logroño, la Sierra de la Demanda, con San Lorenzo (2040 m).
Tras pasar por delante de la casa que vio nacer al ilustre escritor Navarro Villoslada, «Cantor de la raza vasca», según reza la placa de la fachada, llegaríamos a la iglesia de Santa María de la Asunción, joya arquitectónica que sorprende por su magnificencia. Su portada imponente, construida entre 1530 y 1560, está considerada por los estudiosos como la obra de piedra más sorprendente del renacimiento navarro. A sus pies está enterrado César Borgia, legendario personaje, Generalísimo de los Ejércitos Navarros, hijo del papa Alejandro VI, muerto en tierras vianesas en 1507. Dentro de sus naves góticas se encuentran ocultos grandes tesoros, entre los cuales destacan las pinturas de Luis Paret, calificado, junto con Goya, como uno de los mejores pintores del siglo XVII.
Al lado de la Iglesia de Santa María se encuentra la Plaza de los Fueros. Se trata del centro de la vida de la ciudad. Su palacio consistorial, imponente obra de piedra, y su fuente, apreciada por los lugareños y visitantes, hace de ella una rincón único, donde los peregrinos del Camino de Santiago se toman un breve descanso de su duro caminar.
La Plaza del Coso está presidida por el Balcón de Toros del Ayuntamiento. En este recinto se encontraba el castillo-fortaleza que protegía el Reyno de los ataques castellanos. Desgraciadamente queda únicamente un lienzo de piedra, vestigio mudo de tiempos gloriosos.
Fuera de las murallas se encuentran el convento y la iglesia de San Francisco, en cuya puerta principal se erige el busto altivo de César Borgia.
Dentro del término municipal hay dos puntos de interés a destacar: La reserva natural de la Laguna de las Cañas, humedal de gran valor ecológico por la variedad de aves que viven y anidan allí. Esta reserva cuenta con un Centro de Interpretación de la Naturaleza abierto al público, desde el cual se puede observar la vida de la laguna e informarse sobre las especies de este entorno. El segundo, el Hipogeo del Longar, recientemente descubierto y ya recuperado monumento funerario subterráneo de unos 4000 años de antigüedad, uno de los más originales e importantes de Navarra.